Con el Corazón Frío

Rubén es un ser espiritual en la Luz que nos cuenta su vida llena de complejos y falta de amor. Habla de su desconfianza hacia los seres de luz que lo vinieron a buscar en su traspaso y el tiempo que necesitó para hacerlo. Cuenta también que llegó  al otro lado con el corazón frío, que ha ido calentando con la reflexión y el conocimiento y sobre todo con la libertad y la paz de la nueva vida.

Es mucho el tiempo que llevo para comprender el sentido de la vida, nunca fui feliz y nunca se enamoraron de mí, viví enfermo y solitario, cuando despertaba sólo pensaba en cumplir todas mis obligaciones y poder terminar el día. Aquí he compartido experiencias con muchas almas como yo, jamás pensé que fueran tantas, la verdad es que la vida es triste para muchos más de los que nos damos cuenta. Vivimos de forma egoísta apartándonos de lo que nos provoca tristeza y he aprendido que debemos compartir nuestra vida con todos; debemos tener momentos para todos. Busquemos la felicidad en cada rincón de la vida, en cada momento del día y lo que de verdad nos cause dolor o tristeza debemos saber encajarlo, porque nosotros también somos eso, no siempre, algunas veces. Llevo mucho tiempo comprendiendo porque quiero llegar al fondo de toda mi experiencia para tener la consciencia alineada con todo lo que hay aquí. Siempre encuentro lo que necesito y siempre tengo respuestas de esos seres maravillosos que parecen haber comprendido todo lo que se pueda preguntar. Nunca me siento solo, nunca siento aquel frío que sentí en mi casa, no tengo que levantarme antes de que amanezca para poder cumplir con mi trabajo ni caminar solo por calles grises de mi ciudad. Ya no me siento esclavo de nada ni nadie, me siento libre y con energía, esa energía que agoté trabajando para sobrevivir. Mi aspecto físico jamás gustó y fue motivo de burla, aquí mi cara ha perdido sus defectos con los que nací, siento como si hubiera nacido de nuevo, con un rostro nuevo. Me siento bien, pero quiero comprenderlo todo, despacio, disfrutando de cada momento de esta nueva vida. Me han enseñado que cuando me sienta preparado pasaré a otro lugar más hermoso todavía, donde aprenderé otras cosas nuevas, creo que pronto lo haré porque cada día veo mi vida pasada como algo que no me afecta, casi una bendición para estar donde estoy ahora.

-¿Cómo te llamas?

-Rubén

-¿Cuándo moriste?

-1997

-Uf! es mucho tiempo aquí ¿no?

– Algunos se marchan antes, he conocido a muchos seres que estaban aprendiendo, pero a mí me ha costado aceptar y comprender la organización que hay aquí y en la que todos participamos de pactos y misiones.

-¿Por qué?

Me costó llegar aquí, me sentí perdido y desconfiado de los seres que vinieron a buscarme porque nunca creí en Ángeles, ni Santos, ni nada que viniera de un Dios que consideraba injusto. Hasta que decidí ir con ellos pasaron creo que años, aunque el tiempo no pasa igual. Cuando llegué aquí y tras recibirme con mucho amor y comprensión me explicaron muchas cosas de mí, de la vida que dejé y de la que ahora vivo y después me quedé en silencio durante mucho tiempo. Fui sintiendo la paz poco a poco hasta que decidí abrirme a esta nueva vida de la que estoy disfrutando ahora. Llegué frio de corazón y seco de lágrimas pero todos parecían comprenderme, nadie me apuró ni  intentó cambiar mi modo de aceptar, por eso me sentí tan bien aquí donde poco a poco siento un nuevo emerger de luz y calor en mi corazón, no el que dejó de latir un día sino el corazón del que siempre se habla, del que de verdad siente y ama.

Ya no tengo prisa, ni frío, ni dolor, ni pena, ni angustia, ni vergüenza, ni complejos, todo eso murió con aquel pobre Rubén, ahora vivo realmente en la paz que todos merecemos. Voy comprendiendo y cuanto más comprendo más vivo me siento.

Háblales de mí si crees que puede ayudar mi experiencia, para que crezca la fe de que sí existe un nuevo amanecer tras la oscuridad de muchas vidas y para todos los que les cuesta comprender que hay mucho más de lo que vemos en vida y que la paz llega si la queremos sentir. No dudéis en cruzar hacia la vida eterna cuando llegue el momento, no dejéis que os venza el miedo, las luces vienen para iluminar nuestro camino, nos esperan el tiempo que precisemos, pero mi experiencia me dice que no hace falta esperar a nada, hay que partir. Ahora amo la vida que tuve porque me enseñó más de lo que pensé y amo la vida actual porque me siento finalmente libre y en  absoluta paz. Cuéntalo hermana.

-Así lo haré Rubén.

Canalizado por Júlia García©. Se concede permiso para compartir sin alteraciones, citando el canal y el sitio web: https://unashorasdeluz.wordpress.com/